Objetivo del capítulo:
Analizar algunos de los factores que ayudan a mejorar la percepción de la situación laboral de un trabajador que no está satisfecho en su puesto de trabajo.
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Desde que somos pequeños vamos creciendo y descubriendo experiencias de algo mágico que es conocido por muchos como la vida. Lo positivo y lo negativo, el odio y el amor, las virtudes y los defectos... parece que cada elemento tiene su opuesto y muchas veces hay que etiquetarlo todo en uno de los extremos de la balanza. Pero todo puede ser aun más difícil de entender. Si preguntas a la gente qué le hace feliz encontrarás respuestas similares como tener un buen trabajo, una pareja, alcanzar sus sueños, etc.; Pero aunque personas distintas te contesten con las mismas respuestas, debes saber que cada una de ellas está inmersa en matices y en características que la pueden hacer totalmente diferente al resto. Un buen trabajo, una pareja o alcanzar los sueños se escriben y dicen de la misma manera. Sin embargo, se viven y sienten de manera única e individual. Porque la belleza y la dificultad de esta vida reside en aprender que las cosas que parecen iguales son en muchas ocasiones las que albergan más diferencias.
Francisco Fernández Yuste
UNA REALIDAD CONFLICTIVA: TENER TRABAJO PERO NO SER FELIZ
Cuando consigues lo que muchos anhelan tienes la obligación de sentirte afortunado por ello, y poder trabajar hoy en día es un ejemplo muy bueno ante esta afirmación. Ante las perspectivas tan negativas y toda la información que recibimos de los medios de comunicación, parece que tenemos que conformarnos con trabajar de lo que sea y en cualquier condición. Pero un empleo se traduce en una gran cantidad de tiempo, siendo decenas de horas semanales en el caso de tener una jornada completa, que influyen y determinan en gran manera nuestro estado de ánimo.
Las condiciones salariales, la presión, un mal ambiente laboral o el miedo a perder el trabajo son algunos de los múltiples factores que convierten la experiencia de trabajar en algo positivo o negativo. Las claves residen en detectar los elementos más importantes para comprobar si podemos actuar sobre ellos con el fin de sentirnos mejor por lo que hacemos.
ANALIZANDO LOS FACTORES NEGATIVOS
En la introducción a esta entrada se habla sobre la subjetividad que tiene casi todo en la vida. En todo trabajo siempre existirán elementos positivos y negativos, siendo el resultado de la combinación de los mismos el que de la respuesta a si eres feliz o no en tu trabajo. Por ello, una buena manera de detectar estos factores sería realizar una lista de todo aquello que te proporciona tu trabajo actual.
La formación, la estabilidad, el crecimiento profesional o el salario son algunos de los elementos más importantes a tener en cuenta en un trabajo. Pero hay muchos otros como la cercanía, la conciliación con la vida familiar o la relación con el resto de compañeros de trabajo.
Tras detectarlos, debemos pensar si está en nuestras manos cambiar alguna de las características que nos hacen sentir tristes. Aunque en la mayoría de los casos parezca algo improbable, es posible que poniendo de nuestra parte consigamos sentirnos un poco mejor ante aquello que nos perjudica. Una buena actitud o ser positivos son elementos fundamentales. Pero si no se acompañan con resultados que nos hagan sentir felices podemos acabar desmoralizándonos.
LA DIFICULTAD DE UN CAMBIO DE TRABAJO: APÓYATE EN LO OBJETIVO
Hemos descubierto que no somos felices y por ello nos ponemos en búsqueda activa de otro trabajo. Puede que lo consigamos o no. Pero si finalmente aparece una posibilidad entonces puede que las inseguridades aparezcan nuevamente ya que no sabemos como nos sentiremos ante una nueva experiencia. Empezar de cero siempre supone una mezcla de sensaciones negativas y positivas en las que la ilusión e incertidumbre se dan la mano, pero, ¿es bueno el cambio?
Para conseguir una respuesta debes analizar en un primer elemento aquellos elementos denominados como objetivos y compararlos entre tus ofertas de empleo y trabajo actual, es decir, aquellos que conoces y no deberían cambiar a corto plazo entre los que destacan lógicamente el salario, el horario o la ubicación. Si bien es cierto que durante el proceso de selección puedes hacerte una idea sobre las funciones a realizar, hasta que no estás trabajando no podrás saber a ciencia cierta el alcance y diversidad de tus acciones en tu día a día laboral. Lo mismo ocurre con la relación que mantengas con tus futuros compañeros o jefes e incluso las posibilidades de crecimiento que tengas en tu nueva etapa laboral. Por ello, cambiar por cambiar no es nunca una buena opción. Trabajar aunque no te haga feliz te da un valor añadido que debes saber emplear a la hora de poder cambiar de trabajo, y ya que cambias hacia algo que desconoces en gran parte debes intentar ir con factores que abalen la seguridad de la acción que supone tu cambio
NO OLVIDES UN ELEMENTO DE TODO CAMBIO: EL RIESGO
Trabajamos por muchas razones pero la principal es por un salario para hacer frente a los gastos y demandas de la vida. El dinero no da la felicidad pero sin él los problemas no dejan de crecer y más aún en esta crisis económica. La cantidad económica que necesitamos al mes, las personas que tenemos que mantener o que nos mantienen, o las deudas que tenemos que afrontar son algunos de los elementos que hacen que un cambio de empleo suponga un mayor o menor riesgo. Y aunque nos duela, a veces tenemos que tener mucha paciencia si nuestra única fuente de ingresos es un trabajo que no nos hace feliz.
Existe la posibilidad de dejar un trabajo o no renovar una propuesta laboral e iniciar un nuevo rumbo hacia lo desconocido. A veces las apuestas que hacemos pueden resultar muy beneficiosas, pero siempre hay que medir el riesgo que se produciría si fallan. Debemos actuar para lo mejor a la vez que nos preparamos para lo peor.
Realmente es muy complicado escribir sobre cómo poder sentirse mejor en un trabajo en el que no se es feliz. Puedes motivarte, ser lo más positivo posible y sacar lo mejor de todo lo que te ocurre y aun así no conseguir que sea suficiente. Pues nos toca afrontar una realidad muy complicada. Hay que intentar animarse con aquello que sí es positivo en nuestra vida. No sólo con las personas que queremos sino con aquellas cosas que nos hagan sentir felices y desconectar. Y será una lucha encarnizada entre nuestro estado de ánimo, la depresión ante la situación actual, lo injusta que pueda ser la vida y muchos elementos que quieran hacer que tiremos la toalla. También, es importante que si tienes personas a tu cargo tengas en cuenta todos estos factores. Hay que intentar que entre todos las cosas salgan lo mejor posible, pese a que tal vez en ciertas empresas esté mal visto el apoyo entre trabajadores y sólo quieran que exista mal rollo y competitividad extrema.
Pero vida, que sepamos con seguridad solo existe esta, y por ello tenemos que levantarnos cada día lo más animados e intentar hacer todo lo posible para luchar. Y costará y mucho. Lágrimas, tristeza, ansiedad, estrés... pero llegará un momento en el que todo cambie y en el que al mirar atrás nos demos cuenta de que todo el sufrimiento mereció la pena para conseguir un cambio. Solo puedo decir que mucho ánimo y mucha fuerza para afrontar y conseguir el cambio que anhelas.
"La constancia es la antesala del éxito y saborea los pequeños triunfos según vayan viniendo. No te acomodes, sé inconformista y ten siempre un plan B. Convertir el problema en oportunidad y lo inesperado en ocasión. Ser rápido, inventar, eso es vivir."
Loulogio
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